Durante los últimos años, he tenido la oportunidad de dar clases de Yoga para niños, de todas las edades.

Una práctica , para muchos desconocida, que se ha convertido en algunos casos en una asignatura dentro del curriculum escolar, y tanto padres como maestros piden cada vez más información y formación al respecto.

El Yoga  no es una moda, es una práctica milenaria, que aporta tantos beneficios, que lo recomiendan pediatras, psicólogos, terapeutas.

Para los niños, la práctica del yoga beneficia cuerpo, mente y espíritu, les ayuda a relajarse, les aporta la capacidad de hacer frente a situaciones difíciles que se les presentan en casa, en la escuela o con sus amigos.

La manera de trabajar con los niños varía según las edades, a medida que ellos van creciendo vamos profundizando y tenemos la oportunidad de guiarlos y acompañarlos, para que sean ellos mismos los que se descubren y se amen, tal como son.

Me gusta mucho decir que todos los niños deberían tener fuertes raíces y alas. Desde esa fortaleza, es de donde les acompañamos a mirar el mundo con respeto, a los seres humanos con empatía, a los animales con amor, a la tierra con gratitud, al sufrimiento con compasión.

Gracias a todas las escuelas que me han abierto las puertas, especialmente al Instituto IES Bellaguarda de Altea.